Yo entiendo que la cultura de la mujer no debe ser extraña a la del hombre y que la armonía que la naturaleza ha impuesto a la humanidad obligue a una mutual comprensión.
En respuesta de gratitud y cariños, Julio Rosas Olivera Oré, peruano ancashino, Doctor en literatura, historia, educación, poeta y compositor,y, residente en la ciudad de Boston EE.UU. cumple un rol muy importante en la enseñanza al lector e incluso colegas de pluma; como es, la mescla de palabras, fluidez en el verbo con palabras nuevas y facil al entendimiento que te trasladas más allá de una imaginación.
Ahora gratamente he resibido este artículo, en cual se ah vasado por el artículo de "RESCATAR LOS VALORES EN LA SOCIEDAD -2013" y dice...
"Gracias Elky por traernos estas consideraciones de los Valores Humanos .En medio de la aridez de la literatura feminista de nuestra época y nuestra
Tus apreciaciones de Los Valores Humanos, aparecen en momentos en que la bancarrota del feminismo peruano se avecinaba. El funambulismo de la moda y el malabarismo de la demagogia modernista con toda la magia de sus hechizos estaba ya defraudando las gestas de la verdadera ética feminista.
Ideológicamente nuestra mujer se perdía en la vacuidad. Sin grandes acicates en el alma y profundos sentimientos en el corazón se entregó al modernismo pensando acaso que así servía a la civilización. Y descendió a los aleros escondidos de la sensualidad, a los placeres frondosos del placer, en cuyas lianas las pasiones laudan los acordes de embriagadoras orgías cabalisticas y donde el ideal se pierde tras el vértigo loco de las raudas alegrías, en la más grata inconciencia de la vida, como un rayo de luz perdido en las tinieblas o como una gota de rocío en el capullo de una flor.
Dulcemente, voluptuosamente en la blonda cabellera de la noche o en el opulento búcaro de una rosa. El modernismo es al feminismo lo que Calibán a Ariel. Es la mueca quebrada que no alcanza a dibujar el arco inefable de la sonrisa. El modernismo es la simulación de la cultura, el feminismo la cultura en toda su acción reinvindicadora.
El uno medra el otro asciende. Los traficantes del modernismo exponen en las ferias de la moda barata sensiblería del sentimentalismo tratando de suplantar la verdadera sentimentalidad que le lleva al alterocentrismo del despecho de todo cálculo o prédica diatirámbica.
Yo entiendo que la cultura de la mujer no debe ser extraña a la del hombre y que la armonía que la naturaleza ha impuesto a la humanidad obligue a una mutual comprensión. En este empeño solo la experiencia de las propias inquietudes pueden dar esa unidad sin apartar al hombre de todas las consideraciones que debe a la mujer y a éste de todos los derechos que le incumbe.
Estimado así no debe entenderse la nueva cultura como una polarización de la mujer hacia el hombre o como una insurgencia vital de superación sobre él. La primera porque empaña el encanto y belleza de su sensibilidad natural, lo segundo porque le quita la bondad que le sublimiza. Miro la reivindicación y emancipación de la mujer como el discernimiento natural de sus derechos para ella y como el incremento de estímulos para el hombre.
Disculpa la divagación. “tus articulos sobre los Valores Humanos” me ha obligado insensiblemente a una expansividad a que poco soy afecto. Y disculpa así mismo que ahora tome de él para hacer claridad en mi alma, aquellas “madejas de luz” de vuestra “soledad”. Hilos en que mis ensueños enhebrarán en sus mallas los jardines polícromos de un prado para pedir a mis ansiedades quiméricas despuntes en él su “Luz”.
Ser luz en el prado es ser ídolo en el amor, melodía en el beso, perfume en la flor. Es vivir en el más divino panteísmo del placer entre albas apacibles y auroras rutilantes, gozando la miel en medio enjambre, embelezándose de afectos en la más rendida oblación de caricias.
Vuestros verdades forjados en horas de arrobamiento espiritual para el deleite y la luminaria de vuestros sentimientos y castillos interiores han sido arrancados al alma por vuestras manos de orfebre en el más divino gesto del arquero de las flechas de oro y te ha llegado radiante a encender en el “prado” florido de nuestros ensueños la sed inefable de “luz”, de “ternura” y de “risa”. Luz para dorar venturas, ternuras para amar, y risas` para cantar el himno munificente de la vida.
Ante la melodía de vuestras consideraciones sobre el rescate de Valores Humanos me he descubierto ansioso y posternado en la más pura evocación de recuerdos, escuchando cordiales habaneras y contemplando en el copo de “armiño” del país la proyección de vuestra imagen.
Las frases de vuestros articulos que he contestado han quedado en mi alma como cinceles mágicos taraceando en sus cielos filigranas sutiles y esculpiendo efebos en sus canteras de alabastros. Si alguna de su indulgencia llega a repasar la estancia que ha recorrido y perfumado a su paso me será un honor ofrecerte.
la primicia de los frutos que vivificó, sobre los que ahora se ha detenido el “naufragio de la esperanza”."
Julio, no pierde tiempo en escribir para ayudar culturalmente en especial a jovenes y rescatar las buenas costumbres y enseñanzas de nuestros padres.
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