No hay razón para temerle, si tú eres escogido por los seres queridos que se aman y desearon que tú vinieras, aún no lo seas; pero fuiste más fuerte que ellos, por que tienes un plan de gobierno para hacerlo, y pronunciado por nuestro altísimo Dios de tú Padre, no se rehusaron a negarse que vengas.
El temor, es más la fuerza de enfrentarse a la vida, es más el desenfreno de la tensión en una intuición de lograr tú cometido, es el palpito de nervios aferrados en tú cuerpo, y el despojo de mentes cruciales; la cruel y escalofriante, enfadada vida, es la necesidad, de tanta indolencia que hay en el mundo, tanto furor de locura que dicen ser hombres inteligentes, tanta discordia que se pretenden seducir, más bien convencer al distraído vagabundo por las calles.
Temor a la vida; es querer vivir, hay noches que no se puede conciliar el sueño, por estar pensando en el embriagues del mundo; eres tú, la única razón de cambiar, tu espacio, tu tiempo, con la manera de respetarla, quererla, abrazarla, sentirla que vives.
No se acaba el mundo, si no repites los mismos errores; la semblanza del hombre es tener la autoestima con esa fuerza innata que impulsa tú organismo hacia la vida. El temor, es el fracaso; físico, espiritual y mental.
Lograr el miedo es ir con pie al éxito, que en la cual debemos superar los temores, temblores de tú cuerpo que es la vida; si esperamos a que nos venciese estaríamos en fracaso, y nuestra vida se volvería monótona, sin salida, refugiado en una coraza frente al mundo que te rodea; puesto que tú deseo, anhelos, esperanzas se truncarían, con la simple necesidad de no superar el desdén del temor; que puede ser: el trabajo, el estudio, convivencia social, económico, físico, mental, y de no saber expresar nuestros sentimientos hacia una persona, ó hacia el resto.